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lunes, 27 de octubre de 2025

🔍 LA CAUSA OCULTA: LO QUE LA CIENCIA OCULTA SOBRE PARÁSITOS Y CÁNCER


La Visión de un Selecto Grupo De Médicos  Contra El Sistema: Revelando el Secreto Bioenergético

El mundo moderno nos ha condicionado a ver el cáncer como una falla celular aleatoria, una mutación genética sin un rostro claro. La medicina convencional, con sus costosos tratamientos y complejas terminologías, tiende a encapsular la enfermedad en una narrativa que deja poco espacio para explicaciones más simples y profundas. Sin embargo, hay una línea de investigación y una sabiduría histórica que sugieren que el origen de esta terrible plaga podría ser mucho más fundamental, conectada directamente con la vitalidad y la limpieza interna del organismo.

Históricamente, figuras visionarias se atrevieron a desafiar el Statu Quo médico al sugerir que la enfermedad no nace del caos, sino de un desequilibrio bioenergético o de la presencia de vida invasora. Sus hallazgos, a menudo marginados o incluso perseguidos, apuntaban hacia una verdad que incomoda a la industria farmacéutica: una causa común, quizás incluso un organismo vivo, subyacente a la degeneración celular. Estos pioneros fueron testigos de un patrón que iba más allá de la genética.

Estos conocimientos ancestrales y las investigaciones silenciadas sugieren que la clave de la salud radica en comprender la naturaleza del entorno interno. Cuando la vitalidad del cuerpo se debilita y el medio se acidifica o se congestiona, se crea un caldo de cultivo ideal para agentes que la medicina ignora o subestima. Este enfoque nos obliga a mirar más allá del tumor en sí, para investigar la matriz de la vida y la energía que lo rodea, en busca de un intruso que ha encontrado un hogar en un organismo vulnerable.

Es hora de abrir el expediente de esta causa no reconocida. Vamos a examinar las conexiones entre la disminución de la energía vital, la presencia de organismos y la manifestación del cáncer. Nos adentraremos en los casos de investigación que han sido relegados, las afirmaciones audaces sobre una energía fundamental y la historia de aquellos que pagaron el precio por desafiar la versión oficial de la enfermedad. Prepárese para cuestionar todo lo que cree saber sobre el cáncer.

El Misterio de los Microorganismos Carcinógenos y la Energía Vital Bloqueada


El campo de la medicina, aunque dominado por la genética, sí ha reconocido formalmente que ciertos parásitos y otros gérmenes infecciosos tienen un papel indiscutible como carcinógenos biológicos. Entidades como el Schistosoma haematobium, asociado al cáncer de vejiga y el Opisthorchis viverrini, vinculado al cáncer de hígado no son anomalías; son pruebas irrefutables de que la vida parasitaria puede desencadenar la degeneración celular que culmina en el cáncer. Este reconocimiento oficial, sin embargo, se presenta de forma aislada, sin conectar los puntos hacia una teoría más amplia y unificada de la etiología de la enfermedad. La clave reside en la inflamación crónica que estos intrusos generan, un estado de alerta constante que desgasta el sistema y pavea el camino para la malignidad.

Este enfoque sobre la inflamación crónica resuena con los hallazgos de pioneros como Wilhelm Reich. Más allá de la infección por parásitos específicos, Reich investigó la salud desde una perspectiva de Bioenergía. Su teoría de la "biopatía del cáncer" postula que la enfermedad es una manifestación física de un profundo bloqueo de la energía vital que él llamó Orgón, causado por represiones psicológicas y emocionales, o lo que denominó la "Coraza Caracterial". Esta estasis o estancamiento de la energía en los tejidos crea un entorno interno degenerado, el verdadero caldo de cultivo donde la célula pierde su capacidad de autorregulación y se convierte en cancerosa. Esta visión unifica el desequilibrio emocional con la falla biológica, un concepto demasiado vasto para la compartimentalizada medicina moderna.

La investigación de Reich lo llevó a identificar unas partículas de energía que llamó Biones, las cuales, según él, podían degenerar en formas malignas bajo las condiciones de baja energía y toxicidad del cuerpo. Su trabajo La Biopatía del Cáncer detalla cómo el estancamiento de la energía Orgón permite que los tejidos se pudran, creando el ambiente propicio para el crecimiento degenerativo. Esta idea, de que el cáncer es el resultado de un proceso de degeneración y no solo de una mutación aleatoria, desafió la ortodoxia de su tiempo. Por ello, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) consideró su trabajo una amenaza, lo que condujo a una sentencia judicial sin precedentes que ordenó la quema de sus libros y la destrucción de su equipo de investigación. La supresión de sus hallazgos subraya el poder de las fuerzas que buscan controlar la narrativa de la salud y la enfermedad.

A estos datos perturbadores se suma la famosa Teoría del Efecto Warburg, descubierta por el premio Nobel Otto Heinrich Warburg. Aunque su trabajo se centró en la metabolismo de las células cancerosas, que obtienen su energía mediante la fermentación de la glucosa (glucólisis) incluso en presencia de oxígeno, sus hallazgos apuntan a una clave: la acidificación y la falta de oxígeno a nivel celular. Esta alteración metabólica crea las condiciones ideales para el florecimiento de cualquier organismo o proceso degenerativo que prefiera un medio tóxico y anaeróbico. Es una verdad científica que el cáncer se desarrolla en un ambiente celular estresado y con carencias, un ambiente que, convenientemente, también resulta ideal para la proliferación de muchos microorganismos y parásitos. El círculo de la degeneración queda cerrado.

La Historia que Cambió el Juego: El Protocolo de Joe Tippens


En el ámbito de las historias de supervivencia que trascienden los límites de la ciencia oficial, el caso de Joe Tippens se ha convertido en un estandarte de la posibilidad oculta. Diagnosticado con un cáncer de pulmón de células pequeñas en etapa 4, con un pronóstico terminal de solo semanas de vida, Tippens se encontraba en un punto sin retorno. Fue entonces cuando decidió ignorar la desesperanza médica y buscar soluciones fuera del circuito establecido, encontrando un protocolo que ha resonado con miles de personas que buscan esperanza.

La clave del protocolo que Tippens adoptó, y que lo llevó a una supuesta remisión completa que asombró a su oncólogo, fue la autoadministración de Fenbendazol (FBZ), un medicamento ampliamente utilizado como desparasitante en la medicina veterinaria. Este hecho, que un simple desparasitante pudiera haber contribuido a eliminar una de las formas de cáncer más agresivas, pone en tela de juicio toda la estructura de la oncología moderna. La pregunta que surge es inquietante: ¿Están los tratamientos más eficaces a la vista, pero intencionalmente relegados debido a su simplicidad y bajo costo?

Es importante señalar el contexto completo: cuando Joe Tippens comenzó su protocolo con Fenbendazol, también estaba participando en un ensayo clínico con un nuevo agente de inmunoterapia, a menudo citado como Keytruda. Sin embargo, Tippens fue, de manera notable, el único paciente de entre un vasto grupo en el ensayo que logró una remisión completa. Para sus seguidores, el hecho de que solo su caso fuera un éxito total, a diferencia del resto de los participantes que solo recibieron la droga experimental, es la prueba definitiva de que fue el tratamiento "no oficial" lo que marcó la diferencia.

Los reportes anecdóticos en torno al Fenbendazol sugieren que podría tener un efecto anticancerígeno al actuar como un agente que desestabiliza los microtúbulos en las células cancerosas y que inhibe su metabolismo de glucosa. Sorprendentemente, el mecanismo propuesto resuena con el hallazgo de Warburg: atacar el metabolismo y la estructura celular del cáncer. A pesar de los estudios preclínicos que muestran potencial y la oleada de testimonios que inundan la web, no hay ensayos clínicos oficiales en humanos que validen su uso. Es esta brecha entre la evidencia anecdótica y la validación médica lo que alimenta la convicción de que existe una verdad inconveniente sobre las soluciones sencillas.

🌑 Los Guardianes de la Verdad: Otros Pioneros Silenciados


Dra. Hulda Clark: La Conexión Parásito-Disolvente

La Dra. Hulda Regehr Clark (1928-2009) fue una biofísica, fisióloga y naturópata canadiense que se convirtió en una figura central de la medicina alternativa al postular una teoría radical sobre la causa del cáncer. Ella afirmó que todos los cánceres y muchas otras enfermedades son causados por una combinación de parásitos y contaminación por disolventes. Según su investigación, el parásito Trematodo Intestinal (Fasciolopsis Buski o, en otras etapas, la Duela Hepática Humana) es el causante principal, pero solo puede proliferar y llegar al hígado —desencadenando la carcinogénesis— si ciertos disolventes tóxicos, como el benceno o el alcohol isopropílico, están presentes en el cuerpo. Su propuesta era sencilla y económica: la erradicación de los parásitos mediante el uso de hierbas específicas y la eliminación de los contaminantes. Su trabajo, sin embargo, fue vigorosamente desacreditado y ella enfrentó múltiples batallas legales y persecución por parte de las autoridades médicas, que consideraron sus métodos pseudocientíficos.

Max Gerson: Desintoxicación y Rechazo al Químico

El Dr. Max Gerson (1881-1959), un médico alemán-estadounidense, desarrolló la Terapia Gerson a principios del Siglo XX, basándose en la creencia de que la acumulación de toxinas y la deficiencia nutricional son las causas fundamentales de las enfermedades degenerativas, incluido el cáncer. Gerson sostuvo que la solución residía en restaurar el metabolismo y la función hepática para que el cuerpo pudiera expulsar las toxinas acumuladas. Su protocolo se centraba en una dieta orgánica estricta, jugos frescos y enemas de café para estimular el drenaje hepático y la desintoxicación. Aunque su trabajo no se centró directamente en los parásitos como causa principal, su énfasis en la limpieza intestinal y hepática coincidía con el principio de eliminar el "caldo de cultivo" de la enfermedad, un concepto que choca con el enfoque químico y quirúrgico de la oncología moderna. Su enfoque natural fue marginado y atacado, obligándolo a operar fuera del establishment médico.

Emanuel Revici: La Química Lipídica Oculta

El Dr. Emanuel Revici (1896-1998) fue un bioquímico y médico rumano que desarrolló un enfoque radical del cáncer basado en la química de los lípidos (grasas) del cuerpo. Su teoría, conocida como "Terapia Revici", proponía que las enfermedades, incluido el cáncer, resultan de un desequilibrio entre dos tipos de lípidos: los que promueven la oxidación y la acidez, y los que promueven la reducción y la alcalinidad. Revici sostenía que la clave era restaurar el equilibrio químico del paciente mediante la administración de lípidos específicos y otros compuestos, buscando corregir el error químico subyacente que permitía el crecimiento tumoral. Su trabajo se basó en una comprensión bioquímica altamente compleja y personalizada, lo que lo hizo inaccesible para la mayoría de los médicos. Al igual que otros pioneros, enfrentó el escepticismo, la persecución de la FDA y la crítica feroz por sus terapias no convencionales, que a menudo se consideraban una amenaza directa a los protocolos estandarizados.

Royal Raymond Rife: La Destrucción por Frecuencia

Royal Raymond Rife (1888-1971) fue un inventor estadounidense que propuso que el cáncer es causado por un microorganismo pleomórfico que puede ser destruido mediante frecuencias de radio. Rife diseñó un microscopio óptico universal supuestamente capaz de ver organismos vivos que otros no podían observar y afirmó haber aislado el "Bacilo Progenitor del Cáncer" (Bacillus X o Cryptocides Primordiales). Su método, la Terapia Rife, se basaba en la idea de que cada patógeno tiene una "Frecuencia De Oscilación Mortal" (MOR). Al exponer los microorganismos a ondas de radio de la misma frecuencia que el MOR, Rife creía poder destruirlos sin dañar el tejido sano. Esta idea de que el cáncer puede ser curado con vibraciones sonoras fue vista como una amenaza al modelo farmacéutico. A pesar de los testimonios de éxito, sus laboratorios fueron clausurados, su equipo fue destruido y su trabajo fue suprimido, convirtiéndolo en un ejemplo clásico de ciencia suprimida.

Antoine Béchamp: La Verdadera Biología del Terreno

Antoine Béchamp (1816-1908) fue un químico y biólogo francés contemporáneo de Louis Pasteur, cuya obra fue sistemáticamente eclipsada por la fama de su rival. Béchamp desarrolló la Teoría del Pleomorfismo, que sostenía que las enfermedades se originan en el estado interno del cuerpo, el "terreno", y no en gérmenes externos. Postulaba que los elementos microscópicos que él llamó "Microzimas" (pequeñas partículas de vida fundamentales en la sangre y tejidos) son en esencia inmortales y pueden transformarse en bacterias y virus solo cuando el medio interno, el terreno, se vuelve ácido y tóxico debido a un estilo de vida o dieta deficientes. Según esta perspectiva, el cáncer y otras enfermedades degenerativas son el resultado de esta degeneración del Microzima debido a un terreno enfermo, un concepto que contrasta con la "Teoría del Germen" de Pasteur. El trabajo de Béchamp, que sitúa la causa del cáncer en la calidad del medio interno, fue marginado, dejando a la medicina occidental enfocada en los agentes externos y los tratamientos agresivos.

Recomendaciones: El Camino Hacia la Soberanía de la Salud


Si la enfermedad surge de un desequilibrio energético y de un medio interno que favorece a los intrusos, el primer paso hacia la soberanía de la salud es tomar la responsabilidad total de ese medio. Desintoxique el entorno interno a través de una limpieza profunda de los sistemas hepático e intestinal. Un cuerpo congestionado o acidificado es la invitación perfecta para la degeneración. Priorice alimentos que devuelvan la alcalinidad y la oxigenación a sus células, revirtiendo las condiciones que el "Efecto Warburg" demostró que el cáncer necesita para sobrevivir.

El siguiente paso es fortalecer la energía vital y romper la "coraza" que Wilhelm Reich identificó como el anclaje de la enfermedad. La liberación emocional y la gestión del estrés no son terapias complementarias, sino el corazón de la curación. Las emociones reprimidas crean tensiones crónicas que, a su vez, bloquean el flujo de la bioenergía, manifestándose como un estancamiento físico. Busque prácticas que permitan la libre expresión del organismo y la disolución de las Defensas Caracteriales Rígidas que impiden que la energía vital fluya y sane.

Considere la limpieza de parásitos como una práctica fundamental, independientemente de cualquier diagnóstico. Basado en las evidencias históricas y los casos reportados, mantener un organismo libre de huéspedes no deseados es un acto de mantenimiento preventivo esencial. Si un parásito reconocido puede encender la mecha de la malignidad a través de la inflamación, la eliminación regular de estos intrusos reduce la carga inflamatoria total del cuerpo, fortaleciendo el sistema inmunológico para que pueda enfocarse en la vigilancia celular.

En el plano más profundo, cuestione la narrativa de la enfermedad. La aceptación ciega de la fatalidad es en sí misma una rendición biológica. Entender que el cáncer no es una sentencia de muerte aleatoria, sino un proceso que requiere ciertas condiciones, bioenergéticas, metabólicas e incluso parasitarias, le otorga el poder de cambiar esas condiciones. Investigue con una mente abierta, explore las historias marginales y las investigaciones suprimidas, y sienta el empoderamiento que proviene de buscar respuestas más allá de las farmacéuticas.

Finalmente, integre los conocimientos de los pioneros silenciados. Entienda que la salud es un ecosistema. Si la limpieza interna es un acto de defensa contra los parásitos, la gestión de la energía emocional es una defensa contra el bloqueo que permite la degeneración. No se trata de reemplazar un tratamiento, sino de crear un cuerpo inhóspito para la enfermedad. Esta es la verdadera estrategia de la soberanía en la salud.

Conclusión: El Despertar de la Verdad Interna

Hemos recorrido un camino que expone la inquietante verdad de que el cáncer, en lugar de ser un accidente biológico sin sentido, puede estar profundamente arraigado en el estado energético y microbiano de nuestro ser. Desde los parásitos carcinógenos que la ciencia oficial admite, hasta la biopatía del cáncer teorizada por Reich, y el triunfo anecdótico de Joe Tippens con un desparasitante, todos los caminos apuntan a un sistema de salud que ha desviado la mirada de las causas primarias y las soluciones sencillas.

El caso de Joe Tippens, aunque sea solo un testimonio en el margen, funciona como un potente detonador de conciencia. Su historia plantea la incómoda pregunta: ¿Cuántas soluciones simples y de bajo costo están siendo ignoradas o desacreditadas porque amenazan la infraestructura financiera de la industria de la enfermedad? La falta de ensayos clínicos con un medicamento tan accesible como el Fenbendazol, a pesar de la fascinación pública, se interpreta como una señal más de que la verdad sobre las curas sencillas es una verdad que ciertos poderes no quieren que se difunda.

El verdadero poder reside en la información y la acción personal. Al entender que el cáncer puede ser una manifestación de la pérdida de vitalidad y la presencia de huéspedes indeseados, usted recupera el control. Es el momento de dejar de delegar ciegamente la salud y de tomar medidas que aborden la causa profunda: limpiar el templo, desbloquear la energía y oxigenar el medio interno. El despertar a esta verdad es el primer y más importante acto de curación.


Por: Winston Robert P 


¿Te ha gustado éste post acerca de científicos que descubrieron la cura del cáncer y fueron silenciados? ¿Crees que algún día los procedimientos de Orgón de Reich y MOR de Rife sean las terapias oficiales para curar el cáncer?


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